El problema de la corrupción no atañe solo al gobierno, ni siquiera al Estado, sino a la sociedad en su conjunto. Solo cuando el ecosistema de control funciona, cuando el sector público, el sector privado y la sociedad civil trabajan sinérgicamente, es posible para una sociedad evitar que la corrupción se torne en un problema público fundamental que afecte significativamente la calidad y cobertura de los servicios públicos y deteriore drásticamente la confianza ciudadana en las instituciones y sus autoridades, convirtiéndose en un peligro latente para el desarrollo de nuestros pueblos y la consolidación del Estado Constitucional de Derecho. El nuevo modelo de control en Perú tiene un enfoque preventivo y no solo punitivo, es más efectivo y oportuno porque prioriza los servicios de control concurrente, posibilitando que se anticipe a actos de corrupción o inconducta funcional; además, que se han implementado nuevos servicios de control posterior, más céleres y específicos. No obstante, las bondades de un enfoque preventivo (siempre prevenir es mejor que curar), este modelo de control exige una ampliación significativa de la cobertura de las acciones de control y esto implica mayores dotaciones de recursos humanos y de infraestructura tecnológica. Es aquí donde se produce un binomio entre el control social a través de la participación ciudadana (lo que aumenta la cobertura de las acciones de control) y las TIC (al permitir de los ciudadanos dispongan de la información pertinente para contribuir con la fiscalización pública y los procesos de rendición de cuentas).

Herless Dennise Porras Rodríguez (Coordinador)

Supervisor General. Subgerencia de Planeamiento, Presupuesto y Programación de Inversiones. Contraloría General de la República (CGR). Perú

Ever Larroza

Jefe del Departamento de Participación Ciudadana. Paraguay

Alexandra Rivera

Directora Nacional de Participación Ciudadana. Panamá

Aristi Ramos

Coordinador de Participación Ciudadana. Panamá