Siguiendo la famosa teoría de Manuel Castells, la era de las redes abre enormes posibilidades para una sociedad civil activa y participante, pero, al tiempo, reconfigura un modelo económico que refuerza la lógica del beneficio en un nivel global, que financiariza la economía, potencia el endeudamiento y, con todo ello, reduce la soberanía nacional y el poder del demos nacional, además de incrementar la desigualdad política y social. A ello se suma la tecnocratización creciente de las decisiones y la distancia entre demandas sociales y respuestas gubernamentales. Los efectos son diferentes en Estados Unidos y en América Latina, aunque también dentro de la propia Europa. Al mismo tiempo, existe una difusa rebelión anti-sistema que está siendo ocupada por populismos xenófobos y autoritarios (Trump, Le Pen, Putin, Ley y Justicia en Polonia, etc.), así como proyectos identitarios de naturaleza religiosa o nacionalista (como DAESH) que hacen temer involuciones anti-democráticas. Frente a estas paradojas, los paradigmas burocrático y de nueva gestión pública se ven superados, y la nueva gobernanza no acaba de hallar un rol para el Estado nacional. ¿Qué modelo(s) de gestión pública podría(n) reforzar los valores democráticos de inclusión y de equidad? Se propone reflexionar sobre este acuciante interrogante a la luz de los desafíos actuales.
Profesora. Robert F. Wagner Graduate School of Public Service. New York University (NYU). Estados Unidos
Director. Observatorio de Buena Gobernanza. Universidad Rey Juan Carlos (URJC). España
Coordinador. Área de Política y Gestión Pública. Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES). Argentina
Coordenadora. Mestrado Profissional em Gestão e Políticas Públicas. Escola de Administração de Empresas de São Paulo. Fundação Getulio Vargas (FGV). Brasil